sábado, 9 de agosto de 2008
Viaje a Salónica
Ayer llegamos a Salónica, cruzando la frontera búlgara-griega de Kulata. En la griega ni nos miraron a nosotros (como para mirar nuestros pasaportes...). En la búlgara se limitaron a pronunciar jocosamente el nombre de los niños. En fin, después del lío para conesguir unos papeles complicados y caros para poder pasar el coche de un pais a otro, ni los miraron. Por supuesto, nada de autopista desde Sofía hasta la frontera, salvo unos 10 kilométros al inicio.
El paisaje va variando continuamente. Así, en Sofía comenzamos atravesando la cadena del Vitosha para pasar a un valle muy amplio y verde. Posteriormente llegamos al macizo de Rila, tras el que se extiende una planicie más seca y calurosa. Por último, la cadena del Pirin, donde están las cimas del pais, sobre los 3.000 metros, y donde están las principales estaciones de ski.
El camino hasta Salónica desde la frontera es más rápido, atravesando de norte a sur la región griega de Macedonia. Al final, la llegada a la ciudad nos recordaba bastante a la de muchas ciudades mediterráneas, sobre todo de Cataluña. Bajada pronunciada desde las colinas hasta el mar, en calles trazadas con escuadra y cartabón.
Esta ciudad es la segunda de Grecia, y uno de los principales puertos del Mediterráneo. Es el puerto natural para todos los paises interiores de los Balcanes, además de un centro neurálgico para los ferries a las islas griegas del Egeo norte.
Calor, pero no sofocante. Hotel en el arranque del paseo marítimo, al lado del puerto, con lo que podemos ir andando a todas partes. En el barrio de Ladadika, con muchas casitas bajas ocupadas por restaurantes y cafés.
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