Actualmente, después de numerosos saqueos e incendios, de la Mistra floreciente que llegó a contar con más de 40.000 habitantes quedan sólo algunos restos. Pero son muy notables, en especial varias iglesias repletas de frescos, en bastante buen estado.
La ciudad tiene una parte alta, a los pies de la fortaleza franca, donde se conserva la iglesia de Agia Sofía y el palacio de los déspotas, en fase de reconstrucción.
En la parte baja se encuentra la catedral (metrópoli), más iglesias y un monasterio habitado por monjas ortodoxas.
Hay dos entradas, una arriba y otra abajo. Recorrerlo todo es durillo por la pendiente pronunciada. Si entras por arriba, bajar es fácil, pero hay que volver a subir. Por abajo, al contrario… Nuestra opción fue ver la zona alta y bajar con el coche entrando de nuevo por la baja (vale la misma entrada). Algo de cuesta te ahorras, en la zona intermedia…
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