Después del esplendor de la época clásica Atenas fue perdiendo paulatinamente importancia dentro del imperio Romano de Oriente y su sucesor el Imperio Bizantino. Buena prueba de ello es el tamaño de la que fue catedral, la iglesia de Panagia Gorgoepikoos (“la Virgen que atiende pronto las plegarias”), por otra parte fascinante:
Posteriormente cedió la cátedra metropolitana a la actual catedral, pegada a su espalda, bastante más amplia. En ella se guardan reliquias de varios santos ortodoxos, entre ellos el patriarca de Constantinopla Gregorio V, ahorcado por los turcos, arrojado al mar y cuyo cuerpo recuperaron unos marineros griegos para guardarlo en una ciudad griega del Mar Muerto.
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